ayer pepita la frescachona me habló de su abuelo. él, que poco sabía a parte de leer y escribir, era un apasionado de la medicina...y a la mínima no le importaba operarse "a mi abuelo le encantaba operarse!" y acudía a ver autopsias y con eso se sentia un poco más sabio (y más feliz, supongo).
su ultima operación fue la de cataratas, algo sencillo. y despues todo se torció (eso contaba la frescachona) y el hombre no volvió a sonreir y una depresion tremenda se lo tragó......claro...la tristeza no se opera.