la ultima vez que estuve allí viajé de noche y no pude dormir. hacía sol a pesar de ser invierno y los extranjeros se paseaban en manga corta. fue la mejor nochevieja que recuerdo. tomamos cafe cada tarde en el bar que estaba al lado del pabellón...y todo porque el primer día allí había un camarero encantador (al que no volvimos a ver). no recuerdo si me besó la segunda o la tercera noche, pero me besó, de eso estoy segura (o no). no entendí los chistes de aquel hombre que hablaba en otro idoma pero nos reíamos igual....siempre había alguna excusa para hacerlo. en el viaje de vuelta i. no paró de llorar y loki y la eterna se dedicaron a cantar aquella canción absurda...y al pisar madrid de nuevo las cosas fueron como antes de haberme ido....
mañana vuelvo allí, no viajaré de noche, tengo pendientes dos postales y algun que otro cafe.