el fabricante de sonrisas tenía un trabajo duro. o mejor dicho: dos trabajos duros. uno: el de persona normal y otro: el que tenía por el hecho de haber nacido. y por alguna extraña razón él prefería el primero.
Cuando me encontré con él por primera vez pensé eso que se dice a veces "que gran persona, ojalá formara parte de su vida" y supongo que lo pensé tan de verdad que alguíen quiso concederme el deseo y el fabricante de sonrisas se aprendió mi nombre. y empezó apreguntarme por cómo me iban las cosas cuando se cruzaba conmigo en algun lugar de su trabajo de persona normal.
no sé si las cosas se le torcieron ántes de conocerme o si se le torcieron cuando empezó a hablarme de su vida, el caso es que el fabricante de sonrisas era el claro ejemplo de 'en casa de herrero cuchillo de palo' y alguna vez le tocó llorar. entonces pensó que quizá lo más fácil era ir rápido a todas partes, creyendo que así las cosas malas no serían capaces de alcanzarle...y cuando el plan no le funcionaba me llamaba desde algun sitio, ya recuperándose de las heridas y me lo contaba todo como si yo no tuviera que darle importancia ¡claro, para eso están los fabricantes de sonrisas! porque debo decir que a parte de crear nuevas sonrisas también se ocupan de cuidar las sonrisas que ya existen.
y así...poco a poco...el tiempo fue pasando y el fabricante de sonrisas se cansó de estar en contra de las cosas malas, y se acostumbró a ellas o simplemente le ganaron la carrera y decidió que prefería quedarse solo con con su trabajo de persona normal...así, por lo menos, no debería preocuparse de las sonrisas de los demás cuando él ni siquiera podía guardarse una.
Escrito por ths a las 14 de Enero 2004 a las 12:43 PM